sábado, 2 de agosto de 2008

Navegame

Era la noche que ambos creían estar esperando. Iban a ir más allá de lo apropiado, más allá de lo moral. Sabían que la crítica general iba a ser negativa, que iba a estar mal visto. Era lo prohibido, les gustara o no.
El adolescente, con sus grandes y temblorosas manos, la tomo como si fuera más frágil que una porcelana y la depositó sobre la cama. Ella sólo podía ocupar su cabeza en la batalla interminable y repetitiva del arrepentimiento, aunque nada iba a detenerlos ahora. Confundida, sin darse cuenta de lo que ocurría a su alrededor, lo abrazó en una última demostración de aceptación. En la otra cabeza que estaba en la oscura y desordenada habitación, cabía una sola palabra: Deseo.
Decidida, hizo que sus ropas se perdieran en la oscuridad. Tomó sus manos y jugueteó con ellas alrededor de su cuerpo con una habilidad -hasta el momento- desconocida; desde su cintura, lo dirigió hacia su ombligo para que él siguiera el camino. Con las armas correctas y una misión bien establecida, sus mentes iban bien encaminadas.
Las emociones afloraban, aparecía el miedo. Estaban preparados. Navegaron a través de sus cuerpos. El necesitaba decirle lo mucho que le gustaba lo que decía, lo que hacía... Pero la vergüenza le impedía hablar. Eso y sus acompasados corazones, quienes lograban sacarles el aliento.
Se habían zambullido en un río cuyas corrientes eran peligrosas y confusas, pero no les preocupaba. Estaban juntos y con eso les bastaba. El comienzo de una canción familiar los hizo asustarse. Todo había cesado de repente.


[ Navigate Me, Cute Is What We Aim For ]

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